¿Cuántas veces nos han preguntado cuáles son nuestras metas? ¿Cuántas veces hemos podido responder a esa pregunta? Pero más importante, ¿cuántas veces has considerado importante tener una meta? Mi padre es entrenador de voleibol, él ha sido un gran ejemplo para mi porque desde que tengo uso de memoria ha pasado por diversas ciudades, equipos, personas y ambientes, y en todo esto siempre le ha gustado trabajar con personas que no tienen nada que perder y todo que ganar. Esto no es por quererse sentir superior ni algún sinónimo de esto, sino porque las personas que solo pueden ganar no tienen miedo a tener una meta y trabajar sobre ella.
Quiero pensar que alguna vez han visto “Descubriendo a Forrester”, es una película filmada en el 2000 en la cual se toma el caso de un joven sin recursos, apoyo ni nada con lo que contamos hoy en día contamos, un joven que solo juega basquetbol, que en la escuela no es el niño más inteligente y mucho menos el más sobresaliente en ningún espacio, pero algo que este personaje tenia y que otros no, era una meta. Un día conoce a un señor de edad avanzada, el cual le empieza a mostrar todo lo que él podría hacer en un futuro; le enseña la importancia de tener un sueño y cumplir metas. Todo el tiempo nos estamos quejando que nuestro presidente de la República es un junior, que los encargados de dar la cara por nosotros no hacen más que ir a sus oficinas a estar viendo cómo robarse el dinero, pero díganme ustedes, si todos nuestros gobernantes hubieran tenido una meta basada en mejorar al país ¿qué tipo de país seriamos? ¿Qué tipo de vida tendríamos? Una meta no es solo donde termina una carrera de 5, 10, 25 kilómetros. Una meta es esa herramienta que nadie te puede quitar, ese deseo de hacer algo importante en tu vida sin tener que preguntarle a alguien si le parece o no, es las fuerza de levantarte cada día de la cama pensando en cómo podrás lograrlo, es la decisión para el trabajo.
Una vez hace un par de años encontré una frase de Walt Disney que dice: “Todos tus sueños pueden hacerse realidad, si tienes el coraje de perseguirlos.” Así que hoy, los invito a que hagamos una breve reflexión sobre ¿de qué forma, nuestras metas individuales, si existen, cooperan para la sociedad en la que vivimos? Es solo de esta forma que encontraremos el camino de la prosperidad y el desarrollo, como país, comunidad e individuos.